Una vez ya establecidos estos parámetros se llega a un acuerdo y se inicia. Los primeros meses todo irá bien ya que ambos pondrán de su parte, ambos están con los ánimos de seguir este nuevo emprendimiento. Sin embargo, mediante pasan los meses llegan las “vacas flacas” es decir no hay flujo de ventas (afecto), ya que se da por sentada la relación, no hay un respeto por los cargos (roles y responsabilidades), desconfianza (sospechas de infidelidades). Esto sucede pasando los meses de enamoramiento inicial (depende de cada relación) que dura el “enamoramiento” es momento donde deben retomar las conversaciones.
Esta conversación puede llevar a la quiebra la empresa (ruptura de relación) o refuerza lazos entre socios. Ambos deben ceder a algo para continuar, tener empatía por tu socio – pareja, volver a los orígenes donde todo iba bien, donde había el combustible apropiado, la confianza suficiente para llevar el negocio a un nuevo escalón. Dicho esto, si los términos no coinciden debe declararse en banca rota y terminar. Si estos términos vuelven a ser solidos la empresa seguirá en una nueva etapa donde cada socio ya sabe que tiene que hacer, ya existe roles mas que establecidos, ya indicaron las necesidades de cada uno.
Ambos deben ganar en un negocio, debes entregar algo que el otro necesita para que el otro te entregue lo que tu necesitas y la única forma de saberlo es hablando de ello. Indicar a tu socio que te hace falta y que quieres ganar, además sabiendo que tu deber es entregar lo que esa persona te está solicitando (afecto, tiempo, lealtad) sea cual sea el requerimiento si estás dispuesto a darlo y lo reafirmas con tus actos, la empresa si o si va a funcionar en armonía.
Tal vez duren años o poco eso dependerá de que cuando no haya “ventas” (problemas) sepan manejarlo. No siempre tendrás las vacas gordas, no siempre será todo felicidad.